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viernes, 26 de abril de 2013

DeLorean DMC-24, el sedán que no llegó a ver la luz

Hace ya un tiempo, nuestro amigo Javier Romagosa escribió una pequeña serie sobre la vida de John Z. DeLorean, un ex directivo de Pontiac que intentó crear una marca por sí mismo: DeLorean Motor Company. Todos conocemos el DMC-12, sería delito lo contrario, pero conocer el DMC-24 ya es otra cosa. No llegó a salir a la luz.

DeLorean tenía planes de futuro, entre ellos, un sedán 2+2. En Jalopnik han recopilado un documento de 37 páginas en el que detallan cómo habría sido el coche con muchos detalles. Encargaron el diseño a Giugiaro. Posteriormente sufrió una metamorfosis hasta convertirse en un aspirante a Lamborghini.


El DMC-24 tomaría como punto de partida el Lancia Medusa Concept (1980). Para cuando el prototipo estuvo terminado, DMC estaba ya en profundas dificultades económicas y reciclaron el modelo. Unos cambios por aquí y allí, y se convirtió en el Lamborghini Marco Polo. Los tapacubos ocultan las llantas DeLorean, simple y efectivo. Es de madera y plástico, no podía rodar.



Ya como Lamborghini, fue presentado el 3 de diciembre de 1982 en el Salón de Bolonia, pero Ferruccio Lamborghini lo desestimó. Que conste que con un coeficiente aerodinámico Cx 0,24, era muy avanzado para la época. Era uno de los requisitos de diseño de DeLorean, que fuese ligero (1.247 kg) y aerodinámico.

La idea del DMC-24 empezó a parirse en noviembre de 1979, pero el plan de producto está fechado en junio de 1981 en su versión borrador. A los apasionados de la ingeniería les recomiendo ver el documento completo en scribd. El lanzamiento habría tenido lugar en 1983, pero no pudo ser.


DeLorean se planteó dos posibilidades:



a) un motor bóxer por eje, con tres filas de asientos, las dos últimas enfrentadas, como en las limusinas. Muy transgresor incluso para él.
b) motor central trasero, dos filas de asientos normales, apertura de puertas “ala de gaviota” (plazas delanteras), motor atmosférico y sobrealimentado de origen Renault, etc.

Si no conocéis la historia de este hombre, os recomiendo bucear en los artículos de Javier Romagosa. Era un idealista que pensaba poner en jaque a la industria del automóvil de la época. La aventura empezó en 1975 y terminó en poco tiempo, en 1982 se declararon en bancarrota. No llegaron al umbral de rentabilidad.

¿Qué trayectoria habría tenido este DMC-24? Difícil saberlo. Por lo que veo en la documentación, tendría varias sinergias con el DMC-12, lo que abarataría su fabricación. Su imagen, contrastando lo que se vendía en esos años, habría sido todo un hito que perduraría hasta hoy.

Vía | Jalopnik




964 Classic RS, convirtiendo un 964 en todo un Carrera RS



Seguro que con el especial 50 aniversario del Porsche 911 que estamos llevando a cabo tenéis frescas las nociones históricas del modelo, así que no nos iremos por las ramas. Vamos directos a lo que ofrece DP Motorsports para convertir tu 964 en (casi) todo un Carrera RS “Cola de pato” llamado 964 Classic RS.

También celebrando unos cuantos años a sus espaldas (cuarenta concretamente), el preparador alemán DP Motorsports ha creado un kit para hacer que nuestro nueveonce 964 (1989-1994) retroceda en el tiempo y se convierta en lo más parecido a un Porsche 911 Carrera RS de 1973.

El kit de maquillaje incluye paragolpes, capó y taloneras específicas, así como retrovisores, faros y pasos de rueda, junto a la decoración clásica del Carrera RS. Sin tener en cuenta la pintura, la preparación cuesta unos 6.828 euros, a lo que hay que añadir otros 2.236 euros si queremos las míticas llantas Fuchs, en 17 pulgadas.

Además, DP Motorsports ofrece una preparación a nivel mecánico para el 3.6 litros bóxer que equipa el Carrera 964, que pasa de 250 a 280 CV e incluye un sistema de escape deportivo con salida de acero inoxidable pulido. El precio es de 2.618 euros. Si así lo queremos, el preparador puede también poner a nuestro gusto el interior o incluso fabricarnos un kit de carrocería personalizado.

Vía | CarScoops




Mercedes 300 SL Gullwing : un destrozo histórico



Hay días en los que uno se levanta con pocas ganas de hacer nada, abre el correo, mira lo que hay, y tras ver una imagen como la que encabeza esta pieza decide que lo mejor es volverse a enroscar entre las sábanas. Dolorpasión™ ocurre en domingo y la gaviota ya no vuela.

No ocurrió en domingo, sino el pasado miércoles, durante unas pruebas realizadas en Pleidelsheim, al norte de Stuttgart. El Mercedes 300 SL Gullwing había sido objeto de restauración en Mechatronik, un especialista en clásicos cuyo lema es “perfección, calidad y pasión”. Al parecer, el mecánico de 26 años que sacó el coche a pasear llevó la pasión hasta las últimas consecuencias para el clásico.

Tanto él como su acompañante, de 19 años, salieron ilesos, pero el Mercedes se llevó un disparate de daños que se estiman en un coste aproximado de… (redoble de tambores) 650.000 euros, lo mismo que pedían por aquel Gullwing del verano pasado. Las collejas masivas para el causante de la barbarie, que según la Policía no iba precisamente a los 80 km/h que marcan las señales de la zona, no están incluidas en el presupuesto: van aparte y corren de nuestra cuenta.

Ahora, el problema pasa a manos de las aseguradoras, ya que tanto el alas de gaviota como el garaje tienen sus respectivas pólizas. De hecho, cuentan que al propietario del clásico —habitual en los rallies de coches históricos— no le dio un ataque al conocer la noticia. Se limitó a decir que el coche traza bien las curvas siempre que lo sepas conducir. La frialdad centroeuropea es lo que tiene.

Vía | GT Spirit < Der Spiegel

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