Insanity, así se llama este monstruo rojo escupefuego. Demencia es un nombre que le viene que ni pintado a este engendro con cuatro ruedas y apariencia de cavallino rampante, porque de Ferrari Enzo sólo tiene la pinta por delante, todo lo demás es una ida de pelota absoluta que, cómo no, procede de Estados Unidos.
La historia de este coche se remonta a 2004 cuando Ryan McQueen (no, no tiene nada que ver con el protagonista de la saga Cars de Pixar) fue a disfrutar de un día de carreras en Edmonton (Canadá). Allí cayó rendido envuelto un profundo amor por los jetcar, sí, esas máquinas que más que coches son cohetes con ruedas. Desde entonces ha pasado más de una década inmerso en un proyecto de bricolaje que está a punto de culminar.
Cuando decidió construirse su propio jetcar, McQueen no tenía grandes conocimientos sobre la fabricación de vehículo y a medida que fue recopilando información y cometiendo errores consiguió lograr una gesta que roza la epicidad: montar en su propio garaje un dragster con no uno, sino dos motores a reacción Rolls-Royce.
Sólo la parte exterior del coche le llevó cinco años probando diferentes soluciones aerodinámicas y buscando la manera de adaptar las formas de un Ferrari Enzo para que encajase en su locura. La friolera de 12 años después le ha costado una suma total en torno a los 90.000 dólares canadienses, 62.000 euros más o menos (teniendo en cuenta herramientas y equipos), una cifra que no me parece cara en absoluto.
Los propulsores gemelos son capaces de tragarse 400 litros de combustible en sólo dos minutos, pero a cambio podrán lanzar al Insanity a una velocidad máxima (teórica) de 650 km/h. Ahora sólo hace falta saber si Ryan tiene las habilidades al volante y si el coche es capaz de superar la primera prueba dinámica, porque no creo que haya podido probarlo por el vecindario.
Esta historia demuestra dos cosas. La primera es la típica moñada de que si te lo propones puedes conseguir hacer realidad cualquier sueño, y la segunda que al otro lado del charco, su pasión por el mundo del motor y la facilidad para obtener recursos (no conozco ninguna tienda de motores a reacción) están eones por delante.
Vía | Autoblog
Japón da luz verde para los retrovisores digitales
A la hora de crear un nuevo vehículo, los diseñadores han de lidiar con toda clase de obligaciones legales (altura de los faros con respecto al suelo, tipo de luces, etc) e imposiciones de los ingenieros (voladizo más o menos grande, ancho de vías, etc).
Sin embargo, en la fase creativa hay dos elementos que dibujan invariablemente de forma artística: las ruedas (siempre como si fuesen de 47 pulgadas) y unos retrovisores diminutos o inexistentes. Aunque las ruedas son cada vez más grandes en los modelos de serie, aún no se llega a esos extremos. En cambio, ya pueden prescindir de los retrovisores. Al menos, en Japón, donde ya es legal que cámaras cumplan con las funciones del retrovisor
Querer sustituir los retrovisores por cámaras no es nada nuevo. A principios de los años 80, muchos concept cars, como el Sbarro Challenge, ya lo proponían (aunque luego debían usar retrovisores para poder ser matriculados). En el interior, una pequeña pantalla de tubo proyectaba en blanco y negro lo que había detrás del coche.
Y los diseñadores nunca han abandonado esa idea. De hecho, a los ingenieros también les gustaría poder prescindir de los retrovisores, pues haría el trabajo del departamento NVH (noise, vibration & harshness) al ser un objeto que genera turbulencias, ruidos aerodinámicos, etc.
Sin embargo, en contra de los deseos de los diseñadores e ingenieros, los retrovisores se hicieron cada vez más grandes por cuestiones de seguridad: se mejora la visibilidad y se puede incluir el aviso luminoso de vehículo en ángulo muerto en el mismo retrovisor.
El mes pasado, Japón se convirtió en el primer país en autorizar coches sin retrovisores y que usen cámaras para esa función. Además de generar un nuevo mercado para los fabricantes de electrónica -en unos años, es probable que los vídeo-retrovisores sean la norma para los coches nuevos-, también pueden aportar un plus en seguridad.
Las cámaras utilizadas pueden proyectar una imagen más clara de noche, en caso de lluvia, ofrecen un ángulo de visión más amplio que incluye el ángulo muerto de un espejo retrovisor tradicional y pueden atenuar digitalmente el brillo del sol durante el día.
El próximo mes de agosto, saldrá a la venta un modelo de gama media en Japón -de un fabricante nipón- que equipará los vídeo-retrovisores Smart Rear View Monitor de la firma Ichikoh. Será el primer coche de serie en equipar este sistema. Y esto no ha hecho más que empezar.
Alonso ya ha pilotado el Honda NSX en el Circuito de Estoril
Hoy Fernando Alonso ha tenido un día ajetreado, tal y como el mismo ha ido contando en las redes sociales. El piloto asturiano tenía una cita en el Circuito de Estoril con la prensa española y con un invitado muy especial, el nuevo Honda NSX que durante estos días se está presentando allí.
A primera hora de la mañana cogió su avión y se fue hasta Lisboa para conducir el nuevo superdeportivo japonés en el trazado donde antiguamente se disputaban carreras de Fórmula 1, imitando así a Ayrton Senna y Alain Prost, quienes en 1989 presentaron el primer Honda NSX en sociedad.
Los afortunados periodistas españoles invitados al evento, pudieron darse una vuelta haciendo de copilotos de Fernando Alonso, quien tras probar el coche dio una rueda de prensa en la que habló sobre el nuevo modelo. "Lo que más me ha sorprendido ha sido la frenada, la capacidad de los frenos y que las sensaciones como piloto no distan mucho de lo que sentimos en Fórmula 1, aunque se trata de conducciones muy diferentes". Y ha añadido: "Conducir un NSX es más suave y dulce que un monoplaza de F1, ya que no vas a buscar el milímetro como sí haces en las carreras. Es como hablar de dibujo artístico y dibujo técnico".
Al final de la jornada, Fernando Alonso volvió a subirse en su avión y puso rumbo a Madrid para continuar con los actos publicitarios que tenía programados en el día de hoy. ¡Qué envidia de vida!
Fuente motorpasion.com